La misma hora, el mismo día, el mismo lugar , la misma rutina de cada Lunes y ninguna novedad que permita escabullirnos de nuestra monotona vida. Sentado frente al televisor se observan una gran variedad de programas sin contenido, sin un minimo ápice que permita desconectarse de este dificil mundo y sus mal intencionadas circunstancias, ni un espacio que permita esbozar una sonrisa y enviarnos al catre con un escaso sentimiento de alegria.
En ese momento el "zapeo" engloba todo el protagonismo bajo una gran capa de esperanza que nos permita encontra lo que buscamos, tras varias vueltas al ruedo de la parrilla ,aparece un escenario verde que pasa desapercibido debido al rapido trasiego de canales y la frustación . Sin embargo, en la segunda vuelta y tras ver de nuevo la pantalla amoquetada de hierba, algo no pasa inadvertido, algo brilla por encima de todo, se trata de una pulcra calva, una calva a la que hace tiempo no veiamos pintar una obra maestra de esas que nos hacia felices el peor de los lunes o el peor de los fines de semana.
De nuevo, y como no de blanco, un monje celestial regresaba de la penunbra de la inactividad para volver ha hacernos soñar y recordar con todos y cada una de sus elegantes puestas en escena, tiempos irrepetibles para el ojo humano.
El sueño se disipa, la sensación de cansancio y monotonia desaparece en la medida que Zizou acaricia la pelota, la controla, la para, conviertiendola en su compañera de baile.
Convirtiendonos en espectadores de lujo de una estrella, haciendonos recordar esas mágicas noches dónde el Bernabeu se abarrotaba solo para ver a Zidane, haciendonos recordar esas marsellesas que sentaban al rival más temido, haciendonos recordar toda ese repertorio de controles, pases, golpeos y goles que le conviertieron en un de los más grandes de este deporte y sobre todo haciendonos rememorar, con los pelos de punta, como un balón bajo del cielo y con la ayuda de un ángel, hizo derramar lagrimas de jubilo.
El tiempo pasa, la vida cambia, pero él nunca lo hara, derrochara su calidad,clase y sobre todo humildad hasta el ultimo de sus dias.
El ego y la prepotencia no son componentes del éxito y la grandeza, si lo es la humildad y el corazón, y esto lo encarna a la perfección Zidane, y aprendida la lección ha fundamentado su vida en ello.
Por ello es lo que hoy en dia es, por ello es lo que en futuro será para la historia de este deporte y para todos aquellos que nos permitia afrontar cada dia con otra mirada.
Por ello fue, es y será UN GENIO, UNA ESTRELLA, gracias por hacernos soñar.
Juanfe
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