miércoles, 22 de octubre de 2008

POR SIEMPRE 'VECCHIA SIGNORA'


Tiempo atrás, Italia bautizó a la gran Juve como la 'Vieja señora', este demoniaco título buscó hacer honor durante décadas a su distinción, su tradición y su estilo. En cada ocasión que el R.Madrid remueve la historia de este ogro y visita su guarida las batallas se cuentan por enumerables y dolorosas derrotas, sin piedad ni explicación, sin un patrón de vistosidad ni de iluminación, siendo indistinto su estado de pesadumbre o de euforia, su grandeza es eterna y su victoria se convierte con el paso de la historia en un fantasma cada vez que los blancos pisan las temidas tierras de Turin.
Despues de escuchar la voz de España condenandolos al avismo y a un entierro postumo por un más que incierto comienzo en el calcio, los 'Bianquinegros' generaron en sus profundidades un instinto de supervivencia enrrabietada característica de los más grandes y legendarios. El pitido inicial solo desató la tempestad generada por una bestia herida cuya única intención era redimir sus pecados y afianzar su rumbo. Sin embargo el otro actor se resigno ante la obligada oferta italiana, arrebatando el rigor que procesaba la batalla, el Madrid más teório que práctico seguia en el catre mientras el Raúl italiano, Del Piero, rajaba de arriba abajo 'la mejor defensa de Europa', calidad, jerarquia y golazo. La pelicula tenia el mismo guión que el de otros tantos años. El Madrid concedió y la confianza no se da a cualquiera. De nuevo y despues de que el primer acto pasara a través de nuestras retinas como un tedioso 'flash back' el comienzo solo refrendo la siesta blanca y el ataque de furia juventina. Amauri aliandose con el mejor amigo italiano, la suerte, dejó claro que la bestia duerme a veces pero su despertar puede significar un cataclismo. En ese momento la Juve habia cumplido, no habia emulado al 'Dream' de Cruyff ni a la 'Quinta de Buitre' habia sido lo que siempre ha sido, daba igual lo que viniera despues, su profecia estaba cumplida, solo quedaba jugar con un intrumento que consideran como virtud, la espera. El Madrid probó en sus carnes el resurgir del grande al que ellos habian dado la espalda, dandole por muerto, sepultandolo sin sentido. A partir de ese momento los de Schuster sacaron la cabeza del periodo de enagenación en el que estaban sumidos y mostraron que las garras del espiritu Juanito todavia salen a pasear en Europa. Acometida trás acomentida buscaban cualquier hueco para devolver el prestigio perdido en los minutos anteriores, solo un pequeño rescoldo permitió al Madrid pensar en la remontada, Van Nistelrooy, el de siempre. Pero nada más allá de la realidad, todos y cada uno de los balones se estrellaba contra una barrera de cemento que cada vez parecia más alta y más lejana, irrompible. El ambiente se respiraba entre el aliento deseperado de los blancos y el característico sudor enacervado juventino. La historia se repetia un año más, subestimar a un gran depredador es un pecado fatal, cuando menos lo esperas sale fugazmente de su guarida, inyecta su veneno y observa con ansia el agonizar de su presa hasta el desenlace fatal, el veneno pudo al antidoto. Así fue y así se será porque los viejos rokeros nunca mueren.
Juanfe