jueves, 30 de abril de 2009

La pérdida de la suprema esencia


No hace falta tener una vista de águila para ver que hay un cambio en el habitual camino de victoria rotundas acompañadas de excelente juego al que estaba acostumbrado el barça. Es un pequeño cambio, pero al fin y al cabo cambio.
Tampoco me podrán tachar de gran descubridor al decir que Guardiola era un jugador abonado a la protesta constante al árbitro durante los partidos. Hasta ahora esa actitud no había salido a la luz en su faceta de entrenador, pero ahora si lo esta haciendo.
Para mi es un síntoma de que las cosas no son tan perfectas como antes. No lo hace mal, ni muchísimo menos, pero si creo que hay dos equipos que han logrado una cosa muy importante y es hacer que el barça no corra con el balón.
Es imposible dejarle sin velocidad a este equipo, pero si es una virtud del contrario hacer que no la explote.
Cuando al barça no corre con el balón le cuesta, tarda más tiempo en encontrar ese hueco por el que antes solían ir los balones teledirigidos de Iniesta a Messi o de Xavi a Henry.
El Madrid fue uno de los equipos que le planteó un “cerrojazo” serio al barça, pero al final consiguió dar los latigazos severos a su eterno rival. Esos latigazos hoy cuestan más darlos.
En una comparación con el mundo taurino: digamos que sigue usando la muleta con categoría, pero falla más que antes al dar el estoque final.

¿Problema en camp barça o simple bajón de condición física?

Me abono a lo segundo, añadiéndole el daño que esta haciendo el ver que la practica de un fútbol supremo durante toda una temporada tiene el resultado de solo 4 puntos de ventaja sobre el eterno rival con opción de reducirlo a uno.Asusta, asusta muchísimo la sombra del Madrid, que con casta y coraje esta sacando los partidos adelante.
La ventana que abrió el Fútbol Club Barcelona al mundo para Mostar su potencial se ha bajado, pero hace falta ver si ese pequeño rescoldo que ha bajado se frenara o aumentara poco a poco.
Sergio

jueves, 23 de abril de 2009

DOS FORMAS DE VER LA VIDA


Simplemente con abrir los ojos caemos en la rotunda evidencia. El antagonismo en el mundo del fútbol siempre ha tenido un lugar privilegiado en su reserva y más si cabe cuando los grandes están por medio.
La ley de la balanza es clara: cuando uno sube el otro sucumbe. Pero este año la diferencia no es primordialmente de resultado sino de proceso. Madrid y Barcelona caminan por sendas de supervivencia totalmente dispares, mientras el barsa agudiza su ingenio e inventa para conseguir la piel, el madrid antepone el cuerpo a cuerpo frente al oso. Difícil elección ya que esta última puede conllevar convertirse en cazado en lugar de cazador. Los blancos abogan a la hombría y al pundonor sin olvidarse de su matrimonio con la diosa fortuna. Fútbol cuanto menos visceral y que en segundos evade tu espíritu y lo convierte en locura envuelta en euforia. Mortal para aquellos que padecen del corazón y apocalíptico cuando la suerte cambia su sonrisa por una mueca. Capello lo patento para recortar años de vida a medio mundo y fundar la cofradía del clavo ardiendo de la que ya es presidente de honor una 'pipita' de oro. Lastimoso juego para un grande, insuficiente en Europa donde la ropa de calle no es valida y si necesario el chaque.
Por el contrario el barsa viste las mismas galas frente al Bayern que contra la Ponferradina, es otro tipo de locura pero en este caso futbolística. Un cambio sostenible: hombría por combinación, fuerza por elegancia y fortuna a cambio de vistosidad. Pep ha cosido un equipo roto para forjar un grupo de sueños y que ilusiona hasta en el inframundo. Una ensalada que mezcla sudor y calidad, siempre aliñada con grandes toques de inaudita fantasía.
Como ya ocurrió con los elegidos del Dream, la Quinta o nuestra reciente campeona de Europa cada fin de semana se convierte en una utopía hasta que estos hombres saltan al verde para hacer disfrutar y pulir todo registro registrable. Sus opciones: intactas, sus resultados: inigualables, su cache: da pavor y su juego: de ensueño.
Dos maneras de ver este mundo e incluso de ver la vida, ahora eligan. A mi me encantaría morir de un infarto blanco para continuar soñando de blaugrana.VIVA EL FÚTBOL AMIGOS.
Juanfe