Sin haber superado todavía el ecuador de nuestra exigente liga de las estrellas, el Madrid refrenda jornada a jornada las dudas suscitadas al principio de la campaña. Su mediocre pretemporada paso al olvido gracias a la corazonada en la supercopa frente al Valencia y el comienzo de liga daba un margen de serenidad paciente a la casa blanca. Pero nada más allá de la realidad, la ecuación en la jornada 12 obtiene resultados más que inciertos, no por puntos ya que son números de campeón sino porque cada día que los de Schuster saltan al campo la sensación de lo imprevisible se engrandece perdiendo asi la credibilidad que una grande nunca debe olvidar.
Mucho tiene que ver la fastuosa situación en Camp Barca. Pep ha conseguido dibujar aceleradamente una versión mejorada del Barca de Rijkaar acabando con los egos y mostrando que el fútbol de ensueño no es de ciencia-ficción. Esto solo acrecienta el mal madridista ya que el Bernabeu siente en sus carnes la envidia sana de ver a Messi gambetear con la alfombra repleta de rivales rendidos y fustigados frente a su magia, a Xavi acariciando el balón sin que el rival huela el cuero tras tropecientos toques o ver a Samu triturar porterias una jornada si y otra tambien. En España la balanza de los grandes nunca se alinea, cuando uno globo sube el otro se desinfla.
Fuera de la incertidumbre que suscita el pesimo juego blanco quizas deberiamos retroceder unos meses colocandonos en el fatidico momento en el que Calderon y Pedja decidieron cavar su propia tumba. Cristiano era el elegido por todos, peces gordos, peces pequeños, gran parte del madridismo y Dios. Demasiados ojos puestos en un único futbolísta, demasiadas esperanzas y escasez de planes alternativos. Como Calderon siempre aborrecio el sindrome del 'Florentinato',el sueño del verano acabo en una pesadilla previsible, satisfactoriamente ya que aunque sea el mejor, su arrogancia es equiparable a su calidad y su prepotencia a su vitola de crack, una mezcla tan peligrosa como una bomba en manos de un temerario. Para más INRI Robinho interpreto el fichaje y la moneda de cambio de Pedja se iba a Arabia City por un puñado de otras. A partir de hay se destapo la caja de las argucias, de la mala planificación y del intento desesperado de compensar el equipo a costa de desestabilizar otros, a bien sabiendas que el sufrimiento seria tenebroso si la suerte que les sonrió en los últimos años les daba la espalda. Hoy se habla de crísis y se manda al paredón a Schuster por su indolencia y visceralidad, vergonzosa patochada. El aleman solo establece las mejores piezas en un ajedrez más que mermado, pero su pobre fondo de armario y la mediocridad de otros que se visten impiden que el madrid pueda gustar.
Pese a ello sus hombres olisquean el rebufo de un lanzado Barca extratosferico. Ahora solo queda la esperanza de ver si el mazapan y los turrones sientan bien a la pareja Ramón-Pedja y de esta manera reforzar las piezas del barco dañadas por la tomernta de la mala suerte para volver a tener tripulantes suficientes para cambiar el rumbo de la nave con dirección a la vistosidad y por supuesto a la victoria.
Juanfe
